Hasta entonces nunca me había preguntado que era lo que realmente me apasionaba, para lo que realmente estaba hecha, cuál era la misión de mi vida. Fue entonces cuando me dí cuenta de que si me lo hubiera planteado antes probablemente no hubiera hecho la carrera universitaria que hice, hubiera hecho cosas diferentes. Pero mi momento llegó cuando tuvo que llegar y hoy doy gracias a aquellas circunstancias de la vida que me abrieron los ojos y me ayudaron a descubrirlo, porque hoy sé que estoy haciendo lo que realmente me apasiona.
El descubrirlo no es fácil, esa es la verdad. Cada uno tiene su momento. A lo mejor el tuyo es cuando reflexiones sobre las preguntas que seguidamente te planteo, o es dentro de un mes o a raíz de algo que te haga abrir los ojos, como a mi. En todo caso, la clave para descubrirlo es conectar contigo mismo, escuchar a tu corazón, a tu intuición.
En definitiva, nuestro propósito es aquello para lo que hemos nacido, es aquello en lo que somos felices trabajando, con lo que nos sentimos llenos. Siempre es algo para lo que tenemos cualidades innatas. Por ello, es clave descubrirlo porque cuando te dedicas aquello para lo que has venido a este mundo, todo es fácil, todo encaja.
Así que te invito a que conectes contigo y respondas a las siguientes preguntas que te ayudarán a descubrirlo. No pienses mucho y escribe todo lo que se te ocurra.
1.- ¿qué es lo que te apasiona hacer?
2.- ¿qué te sale irremediablemente fácil mientras para los demás supone un reto o una dificultad?
3.-¿qué harías el resto de tu vida incluso si no te pagaran por ello?
Si te cuesta responder a estas preguntas, no te preocupes, ya te saldrán.... recuerda, cada uno tiene su momento.