2 . Haz que cada cliente se sienta especial. Trátalos como te gustaría que te trataran a ti en su lugar.
3 . Pide testimonio a tus clientes sobre qué experiencia han tenido trabajando contigo, en qué les has ayudado, qué les has aportado, etc. y publícalo en tu web o en tu blog. Esto permite a tus posibles clientes potenciales a conocer cómo puedes ayudarles y a generar credibilidad o confianza en ti.
4. Responde lo más rápidamente a tus clientes cuando se pongan en contacto contigo. A veces, una respuesta lenta puede interpretarse como una falta de interés hacia ellos o una mala organización por tu parte.
5 . Ofrece una prueba gratuita de tu producto o servicio. Esto les permite a tus clientes conocer mejor lo que ofreces, entender cómo trabajas y esto puede ser clave a la hora de que tomen su decisión de compra.
6. Explica los beneficios y los resultados de lo que ofreces, no de las características. Al cliente le interesa fundamentalmente cómo tus productos y/o servicios le pueden solucionar sus problemas.
7. Cuida lo más que puedas a tus clientes actuales. Comunícate frecuentemente con ellos. Ofréceles recursos o herramientas que puedan complementar el trabajo que están realizando contigo, infórmales de charlas, libros, actividades, etc. que les puedan interesar, envíales informes de su progreso o resúmenes con los temas más importantes en los que hayáis estado trabajando.
Espero que te hayan sido útiles todas estas recomendaciones y que las pongas en práctica lo antes posible. ¡Ya verás los resultados!
La semana que viene más prácticas y eficaces sugerencias en la segunda parte. ¡No te las pierdas!
¡Gracias por estar ahí!